SOLIDARIDAD

La solidaridad se desprende de la naturaleza misma de los seres humanos. Las personas, sociales por naturaleza, deben de llegar a ser, razonada su sociabilidad, solidarias por esa misma naturaleza. «La palabra solidaridad reúne y expresa nuestras esperanzas plenas de inquietud, sirve de estímulo a la fortaleza y el pensamiento, es símbolo de unión para hombres que hasta ayer estaban alejados entre sí». Es la solidaridad el modo natural en que se refleja la sociabilidad: ¿para qué somos sociales si no es para compartir las cargas, para ayudarnos, para crecer juntos? La solidaridad es algo justo y natural; es tarea de todos los hombres y todas las mujeres..

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LA SOLIDARIDAD EN EL MOVIMIENTO EMAÚS

El Movimiento Emaús es un movimiento laico, solidario, no violento e independiente de toda forma de poder.

El Movimiento Emaús nació en noviembre de 1949, cuando hombres con posiciones sociales y económicas opuestas decidieron unirse. Convencidos de que la unión de las diferencias hace la fuerza en la lucha por un mundo más justo y más respetuoso de la dignidad de la persona humana, esos primeros compañeros dieron a luz a un movimiento de solidaridad original y único.

De los fundamentos del Movimiento Emaús extraemos que:

  • éste nació del encuentro de hombres “que decidieron unir sus voluntades y sus actos para ayudarse mutuamente y socorrer a los que sufren, con la convicción de que salvando a los otros es como se salva uno mismo”.
  • La meta del Movimiento es: “actuar para que cada hombre, cada sociedad, cada nación pueda vivir, afirmarse, cumplirse en el intercambio y compartiendo, así que en una igual dignidad”.
  • Esos principios específicos, como servir primero a quien más sufre y luchar contra la miseria y las causas de la miseria, distinguen al Movimiento Emaús de las otras asociaciones de solidaridad

La meta de Emaús es reforzar y proteger esta identidad, y esto para:

  • luchar contra toda forma de exclusión, discriminaciones sociales, raciales, políticas, económicas, religiosas, filosóficas, étnicas y otras;
  • obrar por el reconocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de los más desfavorecidos.

Es por esto que la solidaridad debe ser desarrollada y promovida en todos sus ámbitos y en cada una de sus escalas. La solidaridad debe mirar tanto por el prójimo más cercano como por el hermano más distante, puesto que todos formamos parte de la misma realidad de la naturaleza humana en la tierra. Poco después de la creación del movimiento Emaús se decidió darle un marco de coordinación a los lazos de solidaridad que existen entre los distintos grupos de Emaús y otros proyectos sociales. Esta multitud de grupos supone importantes disparidades culturales, sociales o económicas. Emaús favorece sinergias entre los grupos más favorecidos y los grupos más despojados, a través de acciones de solidaridad.

LA SOLIDARIDAD EN EL MOVIMIENTO EMAÚS

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Cada grupo Emaús es único.” La especificidad de las actividades y de funcionamiento es lo que da riqueza al movimiento. Pero para todos, el espíritu es común: la acogida sin imponer condiciones, el respeto de la dignidad humana, el reconocimiento de la capacidad de cada uno de ser actor en su vida y de tomar las riendas, la solidaridad para con los más vulnerables”

La Economía Solidaria trata de recuperar la dimensión ética y humana de las actividades económicas y establecer nuevos principios para la puesta en práctica de modelos económicos alternativos al capitalismo. No busca imponer un único modelo para todas las culturas y todas las sociedades, sino que se limita a desarrollar principios mínimos que deberían recoger aquellos modelos económicos (diferentes y adaptados a cada cultura) que quieran llamarse solidarios.

LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA

La economía solidaria, básicamente una actividad al servicio de la comunidad con la que ésta en su conjunto busca satisfacer sus necesidades básicas y aumentar su calidad de vida. Se trata de una actividad que cada comunidad debe gestionar de una manera autónoma y democrática, priorizando el bienestar de las personas (en su conjunto) y el cuidado del entorno sobre la obtención de beneficios (por unos pocos) y el desarrollo a ultranza.

La economía solidaria no es contraria al mercado (anterior al capitalismo), siempre que éste se limite a la circulación de productos y servicios ofrecidos por empresas solidarias, dejando fuera a la tierra (bien colectivo) y al trabajo humano que no puede ser mercancía en venta. Tampoco es incompatible con determinadas formas de colectivismo.

En la economía solidaria se mantiene la triple función del dinero (unidad de valor, medida de cambio, instrumento de ahorro), pero se niega que pueda ser un bien en sí mismo con un precio variable con la especulación de los mercados financieros. Desde la economía solidaria se promueve un cambio en los hábitos de los ahorradores hacia una inversión socialmente responsable, utilizando los instrumentos de financiación solidaria existentes. No obstante, la economía solidaria valora muy positivamente la posibilidad de realizar transacciones económicas sin dinero, apoyando la recuperación de los sistemas de trueque. También promueve el uso de una moneda local y complementaria.

La economía solidaria tiene muy en cuenta la Naturaleza y la Salud proponiendo modelos de producción no contaminantes ni tóxicos para la salud, favoreciendo la biodiversidad y utilizando recursos renovables.

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En cuanto al trabajo, éste no ha de ser sólo un medio para ganarse la vida, sino también un medio de realización personal. Para ello, la economía solidaria propone la creación de empresas solidarias gestionadas por los propios trabajadores y cuyo objetivo sea dar una respuesta a las necesidades que se plantean desde la propia comunidad. Por último, desde la economía solidaria se propone el concepto de tecnología apropiada, aplicable a pequeña escala, ecológicamente sostenible y compatible con prácticas tradicionalmente existentes y que se han revelado eficientes.

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